lunes, noviembre 21, 2005

El fin no justifica los medios

La policía británica asesinó a un joven brasileño porque les resultó sospechoso. Una decisión equivocada como otras muchas que se están tomando en el calor del dolor de los atentados de Julio en Londres...

Cuando un gobierno asesina a un ciudadano no podemos conformarnos con la cantinela del todo vale contra el terror, o el fin justifica los medios; nos encontraríamos justificando directamente a los propios terroristas que decimos combatir, cuyo discurso se basa precisamente en dicha argumentación.

No vale todo. Creer otra cosa lleva irremisiblemente a una situación en la que el gobierno tiene potestad para asesinar a cualquiera de nosotros... a nuestros hijos, padres, madres, hermanos, abuelas... sólo porque piensan que podemos ser culpables de algo.

Esto ya está pasando en Gran Bretaña, va camino de pasar en Francia y lleva mucho tiempo ocurriendo en los EEUU. Aunque en realidad lleva pasando desde que el tiempo es tiempo en todas las naciones.


La política de dispara primero y pregunta después da como tétrico resultado el asesinato de ciudadanos, no sólo inocentes, también de los culpables, como si eso supusiera alguna diferencia. Como ciudadanos de un estado de derecho debemos exigir a nuestros representantes elegidos democráticamente, observancia estricta y bajo garantía judicial de la presunción de inocencia de todos los individuos. Nos guste o no. Aunque sólo sea egoístamente, pensando en la posibilidad de que un día sea nuestra inocencia la que tenga que ser probada, o la inocencia de un hijo, un hermano, o una madre.

Si piden perdón por matar a un hijo nuestro (inocente), un padre o un hermano que nada malo han hecho, pero admitimos que no tienen que pedir perdón por asesinar a un presunto terrorista, no me importa lo culpable que sea, si dejamos que sea la policía quién decida de nuevo quién debe vivir y quién debe morir... estaremos condenando uno de los más elementales de nuestros derechos.

Dicen algunos poderosos que esto es una guerra y que todo vale. Pues opino que no es cierto, no vale todo, y aunque sí es una guerra, no es menos cierto que se trata de una guerra larga y oscura nada convencional llena de intereses económicos de los mismos poderosos, del petróleo, del poder. La guerra de los de siempre, los comerciantes de vida, comerciantes de pobreza, comerciantes de energía que apelando a las siempre dúctiles religiones inflaman las mentes de tantos que no tienen criterio para decidir por si mismos lo que es bueno o malo, gentes incapaces de buscar la verdad y que buscan alguien que se lo ponga fácil mediante fanatismos, retórica envenenada y extremismos de todo tipo... Hay una guerra entre la tolerancia y la educación contra la sinrazón del manipulado y el todo vale.

Como personas tenemos que confiar en que los jueces puedan realizar el trabajo para el cual han sido preparados y como hombres tenemos que evitar convertirnos en terroristas nosotros mismos.

Hemos de evitar siempre cualquier conformismo y es nuestra obligación controlar también a los jueces y a los legisladores que a menudo olvidan que se deben a la totalidad de la sociedad y no sólo a ellos mismos o sus amigos.

Sólo con compasión frente al horror de la sinrazón del radical utilizado, podremos combatir la lacra que el terrorismo supone. Jamás usando sus propias técnicas. O nos convertiremos poco a poco en el monstruo que queremos combatir. Nuestros rostros se parecerán cada día más y más a eso que odiamos ver.

Mario Pena (cc) by-sa

2 comentarios:

Darthcoli (colibri) dijo...

pozi... nada que agrager... aunque podrias actualizarlo de vez en cuando... una buena opinion nunca hace dañño a los ojos.

oneras dijo...

¡Acabo de arrancar el blog, lleva 1 día online! Bueno, este artículo es de hace tiempo, no me lo quisieron publicar en una página porque era políticamente incorrecto, en sus propias palabras tenía construcción html incorrecta... :-P